Después de trabajar durante tres años documentando els motoristas de l’Albufera y adentrarme mucho en el entorno de l’Albufera, inicio este proyecto para dar una visión propia de un lugar cambiante y que lucha entre la naturaleza del entorno y los intereses de arroceros, cazadores y de la propia ciudad.
Trato de dar una mirada documental sobre la acción del hombre en la naturaleza . Hacer una radiografía de lo que es la Marjal y mostrar lo que hay detrás del decorado.
Los motoristas de la Albufera es una mirada a ese mundo del que venimos como es el campo y del que ya no sabemos casi nada, donde la palabra sigue teniendo validez y el tiempo parece tener otra velocidad.
Los motoristas trabajan sin descanso durante los 9 mese que suele durar la temporada del arroz, se encargan de manterner los nivels de agua adecuados en todos los campos de arroz para que sea posible el cultivo ya qu eestos campos están por debajo del nivel del agua. también llevan tareas de mantenimiento de acequías, margenes etc.
Durante tres temporadas de la cosecha del arroz he ido documentando el oficio de motorista, recorriendo la gran extensión de terreno cultivado de arroz, conocido como Marjal que es el lugar donde se encuentran los motores, recorriendo diferentes localidades como Valencia, Alfafar, Massanassa; Catarroja, Albal, El Romaní, el Palmar i por último el Saler. Trabajar duras te tres anos me ha dado la oportunidad de conocer muy bien el día a día de estas personas y de las problemáticas del entorno. Un oficio desconocido y que cada vez ocupan menos personas, fotografiando los motores, los motoristas y su entorno.
Es en el Siglo X cuando los musulmanes introducen este maravilloso cultivo en Valencia. Desde entonces el cultivo del arroz está muy arraigado, así como la cultura que lo rodea.
Pero sin embargo, el cultivo del arroz es bastante desconocido para los valencianos y todo esto, pese a que los campos de arroz se encuentran a poco más de 15 min en coche del centro de la ciudad.
Cada día 8 de septiembre la Virgen de Tejeda desfila hasta la Plaza del Ayuntamiento, acompañada por las danzantas ataviadas con el traje blanco típico, adornado con cintas rojas y azules que junto con los músicos acompañan a la Virgen entre danzas y bailes tradicionales.
Las danzantes acompañan a la Virgen en todo su recorrido sin parar de bailar, desde la salida de la Virgen del monasterio hasta su regreso, repitiendo sin descanso el mismo baile como si de un rito ancestral se tratase.
En los últimos 5 años he ido documentando a las danzantas en los momentos previos, durante y el después de la procesión, recogiendo momentos desconocidos para la mayoría de la personas que acuden a la procesión.
Danzantas 2019
El mayor valor de esta romería no es los siete años que median entre cada celebración, ni siquiera los dieciséis kilómetros de su recorrido a través de tres poblaciones: Garaballa, Landete y Moya. Lo verdaderamente impresionante son sus ocho danzantes. Ataviados con enaguas, camisa blanca y cintas de azul y rojo, realizan una danza tradicional con palos y otra con castañuelas, que no cesa en todo el recorrido.
Esta festividad se celebra en conmemoración del favor que la Virgen de Tejeda hizo al pueblo en 1623, al librarles de una sequía: la imagen fue sacada en procesión y al octavo día llovió siete horas sin parar. Por este motivo cada 7 años se repite este traslado de la Virgen des de su santuario en Garaballa hasta el castillo de Moya.
LV_Septenario_Moya